Ante tanto derroche de corazoncitos y tanta flecha de Cupido, aún estamos bajo el hechizo de San Valentín.

Hace un mes preguntábamos en redes sociales a nuestros lectores si conocían o habían vivido alguna historia romántica en sus puntos de venta, ¿os acordáis?. He aquí el resultado:

Armando DG, Madrid:

«La primera fragancia que regalé a la que fue hoy mi esposa, entonces mi novia, fue Azur de Puig. Al finalizar 2021, mientras hacíamos algunas compras en Hipercor, pasamos por delante del stand de perfumería…y el recuerdo nos invadió. Nos miramos y sonriendo le dije, ¿te acuerdas?. Su respuesta llena de complicidad no se hizo esperar: Sí. El frasco saltó al carro. Además de en nuestro corazón, hoy ocupa un lugar en el estante del cuarto de baño.»

Esta historia nos llega desde el stand Loewe de Corte Inglés Pozuelo, Madrid:

Desde hace muchos años, un señor mayor, ya jubilado, acude fiel a su cita de San Valentín para comprar el  mismo regalo a su mujer: Aire de Loewe. Vive en un tranquilo y alejado pueblo de la sierra, lejos de la ciudad, de las perfumerías y de los centros comerciales. No concibe pasar esta fecha sin el perfume que define a la persona con la que ha compartido toda una vida y que ella se pone durante todos los días del año. Así que en esta ocasión, pese a la distancia, la carretera, las curvas, la pandemia, la nieve y el frío, acudió el señor a su cita, fiel a su ritual, fiel a su amor, fiel a la magia del perfume.

Esta historia nos llega desde Alemania:

Susana es formadora de perfumes. Durante el lanzamiento de una nueva fragancia tuvo que acudir a un famoso punto de venta para explicar la inspiración, los ingredientes y la familia olfativa al equipo de Vendedores de Perfumes. Tras la formación, se quedó recolocando el merchandising, cuando de forma descuidada un señor dejó caer sin querer un frasco de perfume Iris D´Or de Bulgari sobre el pie de Susana. El señor muy apurado le pidió acaloradamente sus disculpas. Tanto insistió que terminaron tomándose juntos un café. Bueno, uno y muchos, porque después de esa cita, siguieron otras…Hoy en día siguen casados y en su hogar, Iris D´Or ocupa un lugar privilegiado.

Buscando un amor de juventud, Jicky

Aimé Guerlain durante su época de estudiante estuvo muy enamorado de una joven inglesa a la que nunca más volvió a ver tras acabar sus estudios. Aunque buscó en diferentes lugares nunca tuvo éxito. Así que decidió rendirle un bello homenaje con una de sus creaciones olfativas más espectaculares: Jicky. Un perfume compuesto con bergamota, rosa, helecho y lirio en combinación de síntesis de cumarina, vanilla y linalol que pretendían resaltar las cualidades más felinas de su musa inspiradora. ¿Llegaría a saber aquella joven inglesa que ese perfume se compuso en su honor? ¿Se habría perfumado con él?. Ummmm!

Un regalo de boda, Marcel Rochas

Marcel conoció a una joven bailarina del ballet de la Opera de París, Hèléne. Dice Marcel que sus ojos de profundo color azul le mecían como si fuesen las olas del mar. Nada más verla le dijo: «Tienes una cabeza para llevar sombreros». Tratándose de uno de los mejores modistos de la época, la expresión se interpretó como todo un cumplido, o así lo entendió ella, comenzando a compartir risas y momentos.

Deciden casarse a los pocos meses, en 1943.  Como regalo de boda para su reciente esposa,  encarga su regalo de amor al joven perfumista Edmond Roudnitska de prometedor talento olfativo (más adelante compuso Diorella y Eau Sauvage para CDior). Su petición demandaba una creación escultural con gran sensualidad. Para el jugo se utilizó por primera vez la ciruela y la pimienta en combinación con flores tan sensuales como el ylang-ylang y el jazmín.  Tuvo tanto éxito que decidieron ponerlo a la venta para sus mejores clientes mediante una suscripción. Su frasco ha terminado siendo un icono de la perfumería. El joven matrimonio estuvo unido durante una década.

Una historia de amor de novela, Mitsouko

En este caso, hablamos de un amor de novela. Mitsouko es la heroína de La Bataille, la novela de Claude Farrère. Ella vive una historia de amor imposible con un oficial del ejército británico durante la guerra entre Japón y Rusia.

Jacques Guerlain fue lector y admirador de esta historia de amor. Inspirándose en ella, en sus emociones y en los aromas que podían sentir los protagonistas, investigó y trabajó arduamente hasta dar con el acorde principal del perfume: un acorde musgo de roble melocotón, que fue el origen de la familia olfativa llamada chypre.  Está considerado también el primer perfume afrutado de la historia.

 

Como veis el amor es esa emoción capaz de mover montañas y de inspirar los más bellos perfumes de la historia.

No hay excusas para celebrar el romanticismo y decir TE QUIERO a la persona que más quieres. Y si es perfumado, mejor que mejor.

Hasta la semana que viene,

Elena del Valle

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